Se presagiaba un verano al menos más tranquilo que el anterior. Parecía que con la evolución de la vacunación y la caída de la incidencia acumulada, la cosa pintaba esperanzadora.. algunos «respiracionistas», añorabamos poder pasear sin mascarilla, este útil de pronto tan normalizado en nuestras vidas, que tantas veces no nos deja respirar. Cuando parecía que la normalidad estaba de vuelta, llegó la fiesta del «orgullo GAY» para echar por la borda todo lo conseguido hasta ahora. La fiesta se ha celebrado por todo lo alto este año durante un mes. El Director del centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, llegó incluso a restar importancia a la nueva Cepa Delta «no hay razones para alarmarse por delta» afirmó rotundamente en una rueda de prensa. Estas palabra de Simón tenían como objetivo, permitir la celebración del Orgullo, misma estrategia que aplicó con la celebración del trágico 8 de Marzo responsable de miles de muertes en Madrid.

Dos días después de la celebración de la ansiada fiesta, se han disparado los contagios y se han incrementado las muertes por Coronavirus. El último parte del Ministerio de Sanidad con las estadísticas oficiales sobre la situación del coronavirus en España indica que el país suma 21.879 casos y 6 muertes en las últimas 24 horas, con un nuevo repunte en la incidencia, que sube 39 puntos hasta los 316 casos por cada 100.000 habitantes a 14 días, lo que implica ‘riesgo extremo’. De momento, el ritmo de crecimiento no se traslada a los hospitales o a la mortalidad. Y es que la incidencia se dispara entre los jóvenes, con 891 casos en el grupo de 12 a 19 años y 1.097 en el de 20 a 29 años

Un auténtico mazazo para los que deseamos algo de tranquilidad después de un año tan difícil. Y me pregunto yo, dónde  acaban los derechos de unos para que empiecen los de los demás!
Podemos sentirnos realmente orgullosos de tanto que hemos luchado todos, en este último año ,para superar una crisis tan grande que se ha llevado por delante a tantos seres queridos.