LA COSA ESTÁ MUY NEGRA

A la Paz de Dios

Que calor, de nuevo y como es normal, pero con tanto “mejunje” emocional, vírico y político que hemos pasado, hablar de calor es casi un alivio. Digo bien lo de alivio, pues si me pongo a reflexionar a “toro pasao” de lo que tenemos en nuestra querida piel de toro, me entra una flojera que me tengo que sentar y prepararme una tisana para digerir a tanto insensato haciendo política.

Como yo no tengo que ser políticamente correcta, ni cortarme un pelo para que no se me vea el plumero, puedo permitirme el lujo de decir, sin “complejines”, que durante este tiempo pretérito y presente hemos tenido y tenemos el peor gobierno en el peor momento. Esta es la razón que tengo para escribir lo que usted está leyendo, y si no le gusta…pues a otra cosa y aquí paz y después Gloria.

Lo peor no es eso, lo que de verdad es de asustar es que aun hay cerebros limpios (y lo digo por lo del lavado), que están convencidos y de verdad creen que en aras de una democracia libertaria (el charco donde nos han metido), es lo mejor, por lo tanto seguirán votando a los mismos.

Es una pena que una parte de los españolitos votantes no puedan, ni tengan, la capacidad de discernir o de tomar decisiones si no son las que una dictadura progre les inculcan.

Que Dios nos pille confesados, si un buen día, o mejor dicho, un día aciago, nos levantamos con una España comunista, republicana bananera, disgregada y tirana.

¿Les parece que es una licencia literaria que me tomo? Pues aviso a navegantes, como nos andemos con el bolo colgando, cualquier día sin tardar…

Convencer con machaqueo dialectico lleno de mentiras, frases hechas, negar el orden, el decoro, el respeto y el patriotismo, se les ha dado de perlas. Si no fuera por las partes que me tocan, hasta les daría las felicitaciones, pues francamente lo hicieron muy bien, es lo mejor que tiene estos listos de la pretendida izquierda, que han tenido mucho tiempo para convencer y preparar el terreno fabricando un pensamiento colectivo tan dirigido y nocivo que la mayoría de los electores están tan aleccionados que una parte se cree a pies juntillas las falacias que les cuentan, otros solo entienden por “derecho” lo políticamente correcto y otros tantos, yo diría que el grupo más numeroso, no saben ni contestan, pues lo único que les mueve es Telecinco y el móvil.

Tengo que reconocer que en esto, los “inquisidores” han hecho un trabajo cojonudo dirigiendo el pensamiento y así pasa que ahora la “Kultura” anda por los talleres de la igualdad, el respeto nos lo imponen las “feminacis” la ética se nos va de botellón adolescente y el respeto al prójimo, ni esta ni se la espera.

Esto en el fondo está bien, pues nos lo tenemos merecido, muchos ex votantes de la gaviota hemos visto como era de mal gusto decir lo que se pensaba. No se debía plantar cara, sacar pecho y defender lo que se piensa. Nos hemos dejado hacer sin poner el mínimo esfuerzo para evitarlo, por si acaso nos tildaban de ser “facha”. Nos daba más miedo que un «nublao» nadar contra corriente dentro de un mar de analfabetos manejados.

Yo creo que hemos perdido el norte de tanto callarnos para hacernos perdonar sin atrevernos a decir abiertamente lo que somos y lo que pensamos.

Por otra parte pensar es un ejercicio muy válido y más cuando no está teledirigido. Decir lo que nos sale del alma o de las tripas es tan válido como cuando lo dice “Pablenin o Pedrin” o cualquier otro esbirro de turno. Tengan en cuenta que nosotros no somos portada de revista, ni salimos por la tele, pero tal y como está la cosa, alzar la voz es un gesto de tener en cuenta en el libro de los récords.

Como me digan que ser “ex etarra asesino de Lequeitio” es un privilegio y ser un señor de derechas en Murcia que va a misa los domingos es vergonzoso, me empieza a tiritar el parpado y me pongo de muy mal humor. Y si el Señor de Murcia dice con mas razón que un santo que no le gusta el Puigdemont ni los separatistas catalanes, pues ¡Ole! Por su criterio y si quiere le presto un altavoz para que se le oiga alto y claro.

Ya estoy cansada de tragar con todo, de tener como buenos los desatinos, de oír tanta jerga estúpida y de no poder decir lo que pienso porque no es la norma y encima de tener que pagar a precio de impuesto caro a tanto caradura que vive del cuento.

Y con esto y un polo de menta (por lo del verde que refresca) me retiro hasta la próxima. Si no me quitan la opción de mi propio pensamiento, pues lo de prohibir se les da de perlas y luego dicen de dictadura.

Catalina