¿Alguien sabe, qué significan esos ángulos, y los pasos de cebra a medio hacer?
¿Puede una parte del territorio inventarse las señales de tráfico?
¿Y lo de Tuvisa? ¿Acaso me están diciendo que vaya sacando MIVISA?
Y no, no es Júpiter, es Alava.
Y digo yo, si a los ciudadanos de comunidades independentistas les da lo mismo lo que sus gobernantes hagan en sus ciudades, con sus impuestos, derechos y libertades; unos por fanatismo y otros por huevones, pues allá ellos! Pero el resto de ciudadanos, no debemos permitirlo. Visualicémoos las cacicadas, insensateces y estupideces, delictivas en muchos casos, de sus gobernantes.
Sírvase como ejemplo, el de un ciudadano de Oñate (Guipuzcoa) que en 2011 decidió posponer una colonoscopia, porque quería que el médico que se la hiciera, hablara en Euskera, a pesar de que este señor, hablaba perfectamente castellano, decidió voluntariamente poner en riesgo su salud, y esperar 10 meses a que le practicaran esa colonoscopia…
(Alguno pensará que de lo que precisaba, era de una lobotomía.)
Este es un claro ejemplo de sectarismo, pero vayamos con las de un huevón o huevones; los extremeños.
Los ciudadanos de esta comunidad llevan esperando el tren de alta velocidad desde el pleistoceno, y eso que María Teresa Fernández De la Vega el 27 de abril de 2007, siendo vicepresidenta del gobierno Zapatero aseguró que el Ave llegaría a Extremadura en 2010 ¡y por supuesto Mérida, tendría estación !
Vean, vean el vídeo
Pues ya lo ven, 14 años después, ni tren, ni estación y encima en esta comunidad, el PSOE es el partido más votado. ¡Manda wüevos!
O como en Baleares, hoy hay médicos que están teniendo que abandonar las islas, recordemos que Ibiza se quedó sin su única neuro-pediatra, por la imposición del catalán. ¿Y aquí quién pierde? Quiénes acaban perdiendo son los profesionales, pero por supuesto los pacientes; en este caso los niños. Anda que no, que estos son más tontos que los de Oñate.
¡Basta ya!
¡Basta de tanto maltrato!
Muchos somos los que hemos dejado de visitar, veranear o invertir en segundas residencias. Recién regreso de Peñiscola (Castellón) con la firme idea de comprar un apartamento muy coqueto, estupendo de precio y del que conservo muy buenos recuerdos y de esto no hace tantos años. ¡Y que decepción, Señores!
No lo compro aunque me lo regalen. ¡Oigan, ni aunque me lo regalen!
Ni un puñetero cartel en Castellano; ni en las señales de circulación, ni en los parquímetros. Por cierto, parquímetros en los que se paga los siete días de la semana y de ocho de la mañana a las doce de la noche. Se han vuelto insaciables con los impuestos, y despreciables con el turismo. Lástima, otra comunidad, la Valenciana, rendida al independentismo
El castellano ya ha desaparecido de demasiados lugares. Pero digo yo, ¿que les cuesta rotular en lo suyo y en lo común? Esto es mear para marcar territorio o para que no volvamos…
Hemos construido una Europa derribando fronteras y estos paletos construyendo muros dentro de España
¿Es o no es, para estar hasta los wüevos?
Mara Hache
