A la gente de bien, trabajadores, se nos tiene todo prohibido. Hemos llegado a tal punto, que por no poder, no podemos ni defender nuestra vida cuando corra peligro, ni nuestro hogar, negocio… Seremos castigados por ello. Ser español y obrero en nuestra nación, se paga caro. Sólo el inmigrante ilegal, puede actuar impunemente. En esta España de criminales, la gente decente va a la cárcel.

Eso sí, con una sociedad que mira hacia otro lado y que no despierta.

 

Son varios los sucesos de estos últimos días, que no podemos dejar en el olvido.

A los 6 moros detenidos en Cádiz, por violar analmente a dos niñas de 12 años, se suma el suceso en Formentera, de la chica de 18 años, drogada, torturada cruelmente quemando su cuerpo con cigarrillos y cucharas calentadas, violada repetidas veces, por 3 moros. Uno Guido y otro posiblemente puesto en libertad el lunes.

 

Sobre quién sí ha caído el peso de la injusticia, ha sido con el anciano de 77 años, que ha sido enviado a prisión sin fianza, por defender su hogar del criminal que entró en ella con una motosierra, y el anciano tuvo que defender su vida, disparándole.

 

Sumado al suceso del hostelero de Gandía, agredido por 4 jóvenes de nacionalidad desconocida, cuando corrió tras ellos para reclamar la cuenta de 60€ que se habían dado a la fuga sin pagar.

 

O el anciano de 83 años de Cenero (Asturias), herido gravemente en su vivienda el la parroquia de dicha localidad, cuando le entraron a robar, cuatro individuos, y que continúa en el Hospital Universitario de Asturias, con pronóstico muy grave.

 

Patricia Ureta Martínez