El tema es que igual que el pasado año, las entidades bancarias de gran calado, es decir BBVA y Santander están tras la gloriosa idea de reducir personal, para lo cual reducen oficinas y teniendo en cuenta que ambas ya apenas si tienen oposición, dos entidades que están también en procesos similares, pero menos agresivos de momento, pues pueden maniobrar como quieren. Aparte de que todos sabemos que los poderes políticos están subyugados, hoy por hoy, al vil metal y a quien tiene ese vil metal, es decir los grandes bancos.

Bien, volviendo al inicio de nuestro problema. Yo les voy a relatar mi caso, que es de los menos perjudiciales, dentro de las graves molestias que produjo y luego pasamos al desastre que se está produciendo a nivel general.

Viernes, primera hora de la tarde, acudo con mi libreta de ahorros a un banco situado en mí misma manzana de viviendas. Yo se que el banco iba a cerrar por vacaciones, pero unos días antes, en la calle, pues dentro de la entidad es poco menos que imposible, me advirtió a título personal el director de la misma: …//… Vamos a cerrar en Agosto, pero se quedará funcionando el cajero, donde puedes hacer gestiones o retirar dinero…//… La verdad es que yo ando mosqueado hace tiempo con esta entidad, que es una de las tres más grandes de España, aunque por tener cuenta en otra y haber desistido de tenerla en la otra, se que funcionan a la par.

Como decía:

¿si quieres dinero al cajero, salvo la primera y última semana del mes, que te pueden dar el dinero en ventanilla. Pero, te cobran una comisión en la caja si es menos de 2.000 euros. Con lo cual te fuerzan al cajero, ¿Quién y cuantos sacan más de 2.000 euros al mes? Eso sí, es conveniente pedir cita previa por Internet, si no sabes o no tienes te arriesgas a llegar y que no te puedan atender, porque la caja cierra a las 11.00 y no hay prórrogas.

Cualquier otra gestión, “al cajero” y no hay más que hablar, salvo que quieras hacer un depósito, fondo de inversión o un plan de pensiones, que entonces puedes pedir cita por Internet al Director. Si no tienes Internet, puedes suplicar en la puerta que te atiendan y a lo mejor hasta te hacen caso. Y eso que es para ingresar. Si es para pedir tu algo, te pueden ir dando, pero… ya sabéis como.

En fin volvamos a nuestro viernes a las 15.00, necesitas dinero para una cuestión que acaba de surgir. Y no puede esperar. Llegas a la oficina que está a la vuelta de casa y te encuentras la puerta de calle que da acceso a la oficina cerrada, la palanca de apertura no está, incluso los barrotes que servían para empujar o tirar, han sido cortados con una radial y han desaparecido. Dentro el cajero automático con las luces que habitualmente parpadean, fijas y en la pantalla puedo medio leer algo como que no está operativo.

Bien, el cajero más próximo estaba a 500 metros, pero en ese barrio, han cerrado todos las sucursales de forma definitiva, excepto esa. La sucursal más próxima, a un par de kilómetros. Cojo el coche y voy, vamos a suponer que soy más anciano y no puedo conducir o no tengo coche… ¡Supongamos!

Me desplazo y llego a otra sucursal, ahí sí que está abierto, pruebo en todos los cajeros y me dice que mi cartilla no se puede leer, que vaya a mi sucursal para que me la arreglen. ¡Suena a cachondeo!, en fin voy a otra sucursal en mí misma localidad. En total ya estamos casi en los seis kilómetros.

Igual, no hay manera de que el cajero lea la banda magnética, que exactamente siete días antes había leído sin problemas. Es viernes y no tengo ninguna forma de sacar dinero de mi cuenta. Gracias a Dios, mi mujer tiene una cuenta en otro banco, que también tiene todo cerrado, pero con la tarjeta puede sacar el dinero que necesitamos.

El lunes siguiente, previa cita por Internet y volvemos al tema Internet, arreglo lo de que funcione la cartilla. Como dice el amable cosa curiosa, cajero de la única oficina en el centro de mi ciudad. A veces se desconfigura la banda magnética, se tarda nada en arreglarla.

Mi pregunta es: ¿los bancos están a mi servicio? O ¿yo al servicio de ellos?. Francamente, vivo en una localidad de 250.000 habitantes. Donde han desaparecido, de momento, más de la mitad de las oficinas bancarias. Y las que funcionan, pues ya saben…. ¿Le preocupa a los bancos mis problemas? No creo. Lo que creo es que se han convertido en un monopolio, y que algo pasa con los que debían haberlo impedido.

José Antonio Ruiz de la Hermosa.