Abascal fue claro a la hora de referirse a las crisis de Afganistán y aclaró que hay otros países que deben sentirse responsables de la acogida de los refugiados del conflicto, por sus culturas comunes y su proximidad geográfica, a diferencia de España. El líder de la formación verde también se posicionó sobre asuntos de especial transcendencia mediática en las últimas semanas, como la triste situación que atraviesa el anciano de 80 años de Ciudad Real que defendió su propiedad de un criminal extranjero con antecedentes y que, ahora mismo, yace en prisión. Abascal reprochó implícitamente a otros ex lideres, como Albert Rivera, que tergiversaran sus propuestas políticas y le acusaran de querer que los niños portaran armas en los colegios, cuando Vox manifestó su iniciativa de modificar el código penal para proteger el derecho a la legítima defensa. Además, el líder de Vox aprovechó para condenar los homenajes a etarras que se están sucediendo en Euskadi en los últimos días y calificó de intolerable la actitud de este Gobierno respecto a la dignidad de las víctimas del terrorismo.

Por último, el protagonista en la sede de Bambú se reafirmó en su posición respecto a la imposición liberticida del certificado Covid y calificó de discriminatoria una medida que ya han aceptado otras formaciones de la oposición como el PP o Ciudadanos. Sin duda, Santiago Abascal quiso desmarcarse durante el pasado lunes, de todas las políticas globalistas que comparten las izquierdas, donde engloba al PP de Casado y sobre el cual establece una lejanía cada vez mayor conforme se van sucediendo los acontecimientos en la vida política.

VITO. Q