Ayuso le ha vuelto a dar una lección de gestión a los socialistas y comunistas del ejecutivo central, demostrando que hay otra forma de resolver los problemas económicos que no pasa por subir los impuestos a los colectivos más vulnerables, sino como ella señala, con menos burocracia e intervención estatal. Durante toda la campaña electoral para las elecciones autonómicas, la gran mayoría de los medios de comunicación tacharon a Madrid de ser una comunidad insolidaria y poco preocupada por los intereses del pueblo. Sin embargo, con el paso del tiempo se ha demostrado que todo esto era mentira, que Ayuso es una firme defensora de los trabajadores y que el Gobierno central es el mayor enemigo de los trabajadores. Sánchez y el ya olvidado Iglesias, han desprotegido a la clase obrera frente a todo lo que les prometieron. Les han obligado a lavar y planchar de madrugada, les han subido la luz un 180%, les han condenado a elegir entre mascarillas o leche, les han prohibido trabajar durante la pandemia y les han subido los impuestos como nunca.