Es, en cierta forma, invitar a los directores a forzar la máquina y presionar a los funcionarios para que «concedan más terceros grados para mejorar su nómina”. Cuando lo normal es seguir con establecido con la propia ley donde depende del comportamiento de los internos y de la «valoración técnica» que hagan los profesionales basándose, en las circunstancias sociales, familiares, laborales, antecedentes, tiempo de condena, etc. y de las «variables específicas» sobre su posible vida en semi-libertad (arrepentimiento, riesgo de reincidencia, trabajo…). 

Recalco esto último RIESGO DE REINCIDENCIA como, por desgracia, estamos comprobando que es una completa realidad, horrible realidad como el caso del homicidio del niño de 9 años en Lardero (La Rioja). Y por lo cual, el portavoz de Vox en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros, ha exigido este miércoles “responsabilidades” por el hecho de que Instituciones Penitenciarias concediera el tercer grado al presunto autor de ese asesinato en contra del criterio de la Junta de tratamiento de la prisión y ha apuntado directamente al ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, al que ha preguntado si piensa dimitir. 

Exige al Gobierno que dé explicaciones y asuma responsabilidades por la situación en la que se encontraba el detenido acusado del crimen.

Y casualidades de la vida política, de la más rastrera que existe, el incentivo salarial coincide con la filosofía de aumentar esos permisos del director de Prisiones nombrado por Marlaska. 

¿Qué situaciones se encuentran los olvidados funcionarios de prisiones, los que tienen que sufrir, por otra parte, las consecuencias de las desastrosas políticas, y ya no sólo por sus salarios, sino por las condiciones en las que se encuentran? 

• Los casos de drogodependientes que entran y salen constantemente de los centros. Muchos realizando pequeños robos para permanecer, dadas las condiciones, dentro de las cárceles. Llevan una condena de por vida. 

• En España, a principios de 2020 había 15.188 presos extranjeros, que representan un 28,1%, más del doble que el porcentaje de migrantes que hay en el Estado español, que se situó este año en el 12,9%. Las cifras españolas están entre las más altas de Europa. La mayoría son hombres pero el Estado Español es el Estado Europeo con más mujeres extranjeras presas, con 1.230, para que diga cualquier cosa Irene Montero sobre el “techo de cristal criminal”… cuando los módulos de mujeres son excepcionales. 

• En Catalunya, con un sistema penitenciario propio( que ése es otro tema a tratar) y está segregada en todos los datos del estudio, el 46,25% de los presos son extranjeros, casi el doble que en el conjunto del Estado español.

• Mafias, asesinatos, violaciones, terrorismo, narcotráfico, etc.

¿Y qué ocurre con los MENAS? Menores migrantes en Cataluña: el 18% delinque y son muy reincidentes. Los datos analizados por Mossos desvelan una media de 3,9 delitos por persona en el 2019. 

[Estas cifras incluyen a los menores que desde su llegada han cumplido ya la mayoría de edad. El 12% cometieron delitos graves, como hurtos y robos con violencia, y el 6% restante son investigados por temas menos graves, como daños/robos de menos de 400 euros.] 

¿En cuánto están esos porcentajes ahora con la llegada de más MENAS? ¿Qué porcentaje de ellos acabarán en la cárcel y serán devueltos de nuevo a nuestras calles gracias al incentivo del señor Marlaska? 

Queremos calles seguras en las que nuestros hijos puedan caminar tranquilos. Queremos seguridad en nuestros barrios y casas.

Leticia Barcia.