El ejecutivo catalán, seguirá destinando una parte considerable de su presupuesto, en intentar conseguir algo que es prácticamente imposible jurídicamente en España: La independencia de Cataluña. No hay un marco jurídico en la Carta Magna del Reino de España, que permite a un territorio poder separarse del resto y formar una nación independiente. Sin embargo, los dirigentes catalanes, no tienen la intención de tirar la toalla. En sus cuentas del 2022, han previsto 20 millones de euros más, para lo que llaman «Embajadas Catalanas» en el exterior.
El independentista Pere Aragonés, Presidente de la Generalitat, aumenta un 46% esa partida de sus presupuestos, para «promocionar» el proceso independentista en el extranjero. Un auténtico desafío al Tribunal de Cuentas que ya ha salido muy caro a otros dirigentes catalanes.
Un cuarentena de ex-altos cargos de la Generalitat en la etapa de Artur Mas, ya fueron condenados por lo mismo que está haciendo el actual gobierno. El Tribunal de Cuentas, les condenó a devolver un total de 5,4 millones de euros, por «gastos indebidos» en sus embajadas exteriores entre los años 2011 y 2017. Al expresidente Mas, como máxima autoridad, los jueves le obligaron a tener que devolver 2,8 millones y 1,9 para su sucesor Carles Puigdemont. Oriol Junquera por su parte, también tendrá que abonar 1,9 millones de euros a las arcas públicas. Otro que tampoco se ha escapado del tribunal de cuentas es Raúl Romeva, que tendrá que devolver 2.104.956 euros. Alberto Royo, ex-secretario general de Diplocat, se quedó con la cifra más alta, 3.633.253 euros.
Aragonés juega por lo tanto con fuego, no podrá decir que no estaba avisado. Varios de estos ex-altos cargos, condenados a devolver lo malgastado, no han sido aún capaces de afrontar estas fianzas. Algunos se han visto obligados a ofrecer sus bienes al Tribunal de Cuentas.
