No se puede ser ética, moralmente o psiquiátricamente de esa forma y catadura. Y esta semana nos ha demostrado cuán bajo se puede caer en el precipicio de la ideología más perversa que ha existido. Por desgracia, no solo existe, sino que además y de forma inexplicable se ha hecho con el poder de este y otras naciones de nuestro entorno. Esta semana se comenzó con los debates por los presupuestos nacionales, pero también por los de las autonomías más importantes como Andalucía o Madrid, y ahí es donde quería llegar en primer lugar. 

En esta última los rifirrafes entre la presidenta Ayuso, que no es precisamente santo de mi devoción, y si no, ya verán como con el tiempo vemos la realidad y no solo la fachada. Y digo que comenzaron y continuaron, muy a pesar de esta gente que cuando ellos gobiernan, vean el ejemplo actual, exigen a los demás lo que ellos no hacen: “DEMOCRACIA”. Esa palabra tan manida y tan traicionada por nuestros políticos actuales.

En los debates madrileños se han quedado al final dos protagonistas principales: Ayuso y enfrente “ Médica y Madre”. 

La presidenta Ayuso, que en la más clara y contundente tradición de la derecha, trata de ajustar las cuentas al principio básico de: “me puedo gastar como mucho lo que recibo”. 

Mientras en la oposición, y tras raras maniobras que han defenestrado a la portavoz menchevique, se ha quedado sola Médica y Madre. Pues, esta última y en unos de sus mejores arrebatos de locuacidad parlamentaria y quizás emulando al genocida camboyano “Pol Pot” o quizás al mismísimo Lenin. Aunque este último nos da pistas, supongo que saben de los comprobados trastornos psiquiátricos de Lenin, que tuvieron que taparse con un falso atentado como cortina de humo. Decíamos pues, que esta representante bolchevique, algo que le mola cantidad a esta pija progre de caviar, se permitió decir a la presidenta de la comunidad como debía de actuar, moverse, hablar, vestirse y hasta pensar si hiciese falta, en plan maestra que instruye a una alumna díscola e incapacitada. 

Lógicamente Ayuso que no es precisamente “bizcochable” la puso en su sitio y la animó a tener educación por un lado y a ser menos dictatorial por otro. La actitud del comandante cubano antes Médica y Madre, había quedado perfectamente retratada, pero como la va, la marcha pues encima se hizo la «ofendidita», como buena pijo progre de caviar. Es llamativo que esta persona que vive un dúplex y en una de las calles más caras de Madrid, que tiene una finquita millonaria y está casada con uno de los ejecutivos de multinacional mejor pagados de España y, que no ha trabajado en su vida. Bueno no exactamente, ha sido liberado sindical en un hospital, según ella eso es trabajar; se dedique a decirnos a los demás cómo ser buenos súbditos de la zarina roja que ella representa. Bueno, dirán ustedes que hasta aquí tampoco es para tanto. Pues llevan razón.

La zarina roja, ha rizado el rizo de su posesión diabólica con sus declaraciones media hora más tarde de un terrible suceso: El jueves a las puertas de un colegio en la zona de Mirasierra de Madrid, y mientras las niñas que estudian en ese colegio salían de clase, una madre que esperaba para recoger a su hija, una de las alumnas, se equivoco, parece ser, con la palanca de cambios de un coche automático, que conducía casi por primera vez. Lanzando al vehículo contra las escolares, provocando el atropello de varias y la muerte casi instantánea de una niña de seis años. La madre de la niña presente en el lugar, recogió a su hija aplastada por el vehículo y la mantuvo entre sus brazos mientras se despedía de este mundo. Luego esta misma madre, consoló a quién con su imprudencia e inexperiencia había provocado la muerte de su propia hija. 

Por contra nuestra Médica y Madre, hizo público casi inmediatamente una nota de prensa y unas declaraciones en audio, en las que condenaba a la Comunidad Autónoma y sus dirigentes, al Ayuntamiento de Madrid y a sus dirigentes, responsabilizándose de la falta de seguridad en la puerta de los colegios, por lo que se había producido este atropello y el fallecimiento de la niña de seis años. Todo ello lógicamente en el habitual léxico, contexto y, sobre todo, el tono habitual de la zarina roja. Repito aquí y ahora: Ni Ayuso, ni su gobierno, ni Almeida, ni el suyo, han sido votados por mi, ni creo que lo serian nunca, pero tengo muy claro que el aprovechamiento carroñero de un triste accidente, en el que los propios protagonistas son comprensivos con quien lo ha provocado. 

Dice muy a las claras, quien es quien y de qué van estos «pijo progres de caviar», que están más cercanos al genocida “Pol Pot” que a esa representación del prócer que quiere lo mejor para su pueblo. Médica y Madre, vete a tu casa, vive de las rentas, que tienes muchas y no vuelvas a representar a nadie en la Asamblea de Madrid o en el Comité de Empresa de un Hospital, porque si a los que representas, a los que te han votado, les queda un mínimo de humanidad, tendrán ellos que echarte a los leones.

Y ahí lo dejo.