Entrevistan a Ana De Dompablo de Vox Collado Villalba, supuestamente, sobre un polémico pleno. Y decimos supuestamente porque ése era el motivo de la entrevista. Un pleno que fue manipulado por parte de un medio de comunicación diciendo que Vox había votado en contra de un proyecto de parques y jardines, indicando que se le había hecho un favor a la izquierda, como que Vox había votado de una forma conjunta a la izquierda.
Pero no contentos con esto, el director del programa ha utilizado la entrevista para saldar viejas rencillas con el partido porque se le había prohibido la entrada a un mitin de Vox y que ello se faltaba a la pluralidad política y democrática.
La realidad es que Vox, llegado a un término insoportable de manipulación, es decir, a consecuencia de algo, tomó la decisión de no dejar parar en varios actos a medios que iban a dar la información como les diera la gana, quizás por influencia ideológica, y no a regirse por los principios periodísticos, entre ellos, la objetividad. En todo momento se equivoca el señor locutor al confundir la libertad de expresión con la manipulación. Su deber, como el de todo periodista se fundamenta en estar abierto a la investigación de los hechos. Perseguir la objetividad aunque se sepa inaccesible. Contrastar los datos con cuantas fuentes periodísticas sean precisas.
Diferenciar con claridad entre información y opinión. Porque uno, precisamente, puede dar su opinión y más siendo crítico político, analista, pero jamás alejarse de la verdad como ha ocurrido en éste y otros tantos momentos.
Ha aprovechado la entrevista para, quizás saldar, ese momento de ser rechazado por Vox cuando la realidad es que Vox era rechazado por ése y otros tantos medios de comunicación. Si esos medios decían ser libres de permitir entrevistas a Santiago Abascal y cía, también lo eran éste y su equipo para decidir los medios que entraban a los actos llegado a ese abismo de manipulación. Se repite mucho esa palabra en este texto y tiene un motivo, explicar la realidad actual en la que nos encontramos.
Ana en todo momento intenta explicar que Vox se abstuvo por determinados motivos, y parece ser que tuviera que votar lo que Onda Cero quería. De todas formas, una cosa es que este periodista no estuviera de acuerdo con esa votación, libertad, y otra muy distinta es que no respete la explicación dada y que diga que se votó porque lo quería la izquierda.
Es curioso porque quizás a un buen profesional informativo le hubiera llamado la atención que Vox no votara lo totalmente contrario a la izquierda y que su único motivo es el bienestar de los españoles, venga de quien venga la propuesta. Ni siquiera conocía si era un pleno ordinario o extraordinario. Ya la primera pregunta que le realiza es que “¿por qué no le gusta la libertad de expresión?”, será que no le gusta la manipulación. E indicar la gran incoherencia al retratarse sobre los medios de comunicación y sus subvenciones.
