El Presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, no está dispuesto a seguir el guión de actuación prácticamente internacional, para controlar el avance del coronavirus. No es la primera vez que el líder brasileño, desde el principio de la pandemia, toma un camino totalmente contrario al resto de los líderes de los países avanzados. Primero dudó de la eficacia de las mascarillas y se opuso a su obligatoriedad. Después, se mostró totalmente en contra de los confinamientos por que según él, «la libertad está por encima de todo».

Mientras todos los países modernos avanzan hacía la vacunación obligatoria, el Ejecutivo de Bolsonaro, deja claro que no habrá Pasaporte Sanitario, que no tiene la intención de limitar la libertad a los que libremente prefieren no recibir el suero. Aunque diversos sectores científicos han exigido su implantación, Bolsonaro ha defendido su posición asegurando que el virus «estará para siempre»  y ha añadido que las vacunas aún son «experimentales».