Eva y su anciana madre de 79 años, enferma, llevan más de un año peleando para poder recuperar su piso situado en el centro de Madrid. Sus inquilinos, «nascotraficantes», les dejaron de pagar tanto el alquiler como todos los recibos, justo después de firmar el contrato y se niegan a abandonar el inmueble. Tras acumular varios recibos de 839, 700 y 875 de luz, la madre decidió con la ayuda de su asistenta, llamar a la compañía y dar de baja el contrato. Una decisión que le ha costado una insólita condenada de 425 euros al mes a los OKUPAS.

«Lo de yo corto luz, lo de yo cambio la cerraduras, no se puede hacer en este país de mierda», ha afirmado su hija Eva respondiendo a una conocida abogada habitual en las tertulias del programa de Susana Griso, que ponía en duda su relato. «Esto no lo quería ni contar, esto es real. Mi madre con 79 años, máquina de oxígeno, pensionista, está condenada a un delito de coacción inmobiliaria, por llamar a Iberdrola y cortar la luz tras un impago de hasta 8 meses», ha aclarado.