“No los voy a meter en la cárcel, no les voy a vacunar a la fuerza. Hay que decirles que a partir del 15 de enero ya no podrán ir a un restaurante, ir a tomar un café, o ir al teatro, o al cine“
«Yo no estoy para enojar a los franceses. Bueno, a los no vacunados realmente quiero joderles y lo seguiremos haciendo hasta el final, esa es la estrategia”.
Estas son unas de perlas que el presidente de Francia Emanuel Macron ha dedicado a los que libremente han decido no ponerse la vacuna contra el virus de Wuhan. Para el inquilino des Champ Elysées, solo con vacuna se podrá salir de esta pandemia. «Vacunar, vacunar, vacunar y joderles la vida a los negacionistas, a los que siguen resistiéndose a ponerse las dosis para protegerse y proteger a los demás», ha afirmado.
Unas duras palabras que no han dejado a nadie indiferente en el país de Zinedine Zidane. Para muchos franceses, son palabras inadmisibles que no deberían salir de la boca de un mandatario, sea del país que sea. «Nos ha declarado la guerra», han asegurado. La oposición por su parte ha criticado duramente las «vulgares» palabras de Macron y le acusa de dividir a los francés. Para el líder del partido más conservador del país, Éric Zemmour, la actitud de Macron es «una falta política y moral grave en un país que él no para de fracturar».
