En el siglo pasado, en Occidente, se libró una batalla que permitió posicionar a las mujeres en una condición de igualdad, un caballo ganador que actualmente seguimos gozando. La reflexión que deseo abordar es la siguiente:
Si la niña se vale por sí misma, como ser completo e independiente, ¿es necesaria una protección especial por parte del Estado? Desde 2004 con la implantación de la Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género el legislador así lo consideró.
Ancha es Castilla, y de un plumazo se cargaron el artículo 14 de la Carta Magna: “Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo (…)”
Hoy, existen millones de personas en España que sufren sus consecuencias, en especial menores desprovistos de sus familias paternas. Niños y niñas que viven una devaluación de sus derechos y, son obligados a no tener la libertad de gozar de ambos progenitores.
Con suerte, pueden nutrirse de ellos unas horas al mes, en un punto de encuentro.
Bienvenidos, a la deshumanización del varón. Los menores, ambos per se, crecen enraizando las siguientes creencias:
La violencia es inherente al ser humano, por favor, neutralicemos la ideología de género. “La palabra progreso no tiene ningún sentido mientras haya niños infelices». Urge el despertar de una conciencia social donde brille el sentido común, y se recupere la verdad.
Zaira Sánchez.
Criminóloga por la Universidad de Salamanca.
