El drama de la inmigración ilegal en Estados Unidos que era prácticamente todos los días portada en las mayorías de los medios de comunicación tanto americanos como españoles en el mandato de TRUMP, hoy con BIDEN, se ha silenciado y escondido. No es que la situación haya mejorado, simplemente ya parece no interesar a nadie, ya no es un tema de «defensa de los derechos humanos». La migración se ha triplicado, batiendo todos los récords. En los primeros meses del actual Gobierno americano, casi 2 Millones de inmigrantes ilegales la mayoría mexicanos, fueron detenidos en la frontera. En tan solo un año, la situación ha empeorado de una manera considerable, como nunca antes en el paso fronterizo con México.
Empujados por la pobreza, por la falta de oportunidades… y por los mensajes populistas del Presidente Joe Biden, miles de Latinoamericanos, han salido de sus países con la esperanza de que con la administración americana actual, todo sería mucho más fácil para entrar en el país y cumplir sus sueños en el país de Michael Jordan. Sin embargo, la realidad es otra, los Demócratas les han dado completamente la espalda y la vicepresidenta afroamericana Kamala Harris, que acusaba a Trump de «xenófobo» y de «racista» por su ‘mano dura’ con la inmigración ilegal, hoy pide a los migrantes indocumentados que se queden en sus países y que serían “expulsados” si llegan en la frontera.
“No vengan a Estados Unidos ahora”, afirmó tajantemente durante su viaje a Guatemala y México. Una duras palabras que fueron muy criticadas en el país incluso dentro de su propio partido. Harris se vio obligada a matizar sus palabras. «Permítame ser muy clara. Estoy comprometida con garantizar que Estados Unidos proporcione un refugio seguro para quienes buscan asilo. Punto», defendió en una entrevista con Efe.
El vergonzante silencio de los “medios progresistas” a pesar del empeoramiento de la situación, solo viene a demostrar que los inmigrantes les importan más bien muy poco. Les utilizaban como arma política para tumbar al Gobierno de Donald Trump llevando así a la práctica una de las frases más repugnante que ha soltado un dirigente político en el ejercicio de sus funciones: “hay que politizar el dolor”, Pablo Iglesias ex-vicepresidente español.
