Lejos de plantear una reunión urgente con las asociaciones de transportistas que han convocado las movilizaciones, el Ejecutivo socialcomunista, prefiere abrir una guerra contra ellos. Guerra que consiste en trasladar a la opinión pública que se trata de una huelga «política» cuyos actores son todos de la «ultra derecha» y que pretenden «chantajear al gobierno«. Para presionar aún más a los huelguistas, Interior les amenaza ahora con multas de cuantías importantes si se niegan a disolver las caravanas que han montado en las carreteras.
«Hay que mantener el sentido común y la interlocución con aquellos que realmente han querido tener una actitud de diálogo, de pacto, de acuerdo y no hacerle el juego a los que quieren simple y llanamente hacer ruido y provocar inestabilidad. Creemos que la ultraderecha está utilizando y desde luego alentando y animando este tipo de protestas para provocar inestabilidad y para hacerle el juego al tirano que ha invadido Ucrania que es Putin», afirmó la titular de Hacienda.
El Presidente del Gobierno Pedro Sánchez por su parte, quitó importancia a esta huelga asegurando que se trataba de un grupo «minoritario» y ha pedido a los manifestantes «empatía» y «responsabilidad» y que eviten «actos vandálicos violentos». «El gobierno de España exige que se garantice el orden público, incluso ante determinadas conductas que afortunadamente son minoritarias pero que están actuando de manera vandálica cuando no violenta. Por lo tanto, llamo a la calma de esta minoría a poder expresarse libremente con respeto…», defendió Sánchez.
Los transportistas que secundan estos paros indefinidos denuncian que están siendo brutalmente acosados por las fuerzas de seguridad. Esta misma mañana en el programa de Susanna Griso, han asegurado haber recibido un aviso importante de La Guardia Civil para que disuelvan las caravanas y que podría ser multados si no respetaban dicho aviso. Multas muy elevadas de hasta 3.000 euros por camionero.
